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Es increíble el curso que toman las cosas. Si me hubieran dicho dos años atrás que todo esto me iba a pasar no lo hubiera creído (y admito que todavía sigo sin creerlo). Y una se pregunta si estos cambios son para bien, o si el único propósito que tienen es complicar la rutina. Es recibir un baldazo de agua fría, una cachetada no esperada..
Preguntarse si fueron capaces de mentir en la cara, de engañar como a un niño con un dulce, de enredar en ensueños de palabras.. De prometer realidades inventadas.
Te parte el alma darte cuenta que sos tan insignificante que se olvidan de vos de la misma manera que uno da vuelta la hoja de un libro; que pueden reemplazarte como a un mueble viejo.
Me pregunto si me estarán pagando con la misma moneda, si yo de alguna manera indirecta, sin darme cuenta, hice lo mismo: abandonar a una persona hasta colocarla a la altura de un trapo viejo.Es una frase hecha (y usada) pero a veces me queda la esperanza de que sea un sueño/pesadilla y que en un abrir y cerrar de ojos vuelva a disfrutar de aquella realidad de la cual ya no quedan huellas. Pero confieso que también me da miedo despertar. Todo lo que he logrado y crecido en el último tiempo no se compara con nada. Aumentar el orgullo (que no es poco) para no volver a ser títere de nadie, aprender a hacer oídos sordos a palabras necias, a no darle importancia al qué dirán, a saber apreciar lo que tenés..
Pero extraño tanto, que por sobre todas las cosas, tengo miedo a no superarme, a no “independizarme” de esa realidad no existente.. tengo miedo a no poder sola.